Se acerca el Black Friday y los españoles, un año más, compraremos en masa tecnología. Una realidad que contrasta con la queja constante de los padres y madres por el enganche que sus hijos e hijas tienen con las pantallas: sean de un móvil, la Play, una Tablet o el ordenador. La fotografía se repite en casi todos los hogares: niños/as pequeños con un teléfono o una tablet para que dejen tranquilos a sus papás y mamás, preadolescentes que no se dedican a otra cosa que no sea jugar con la videoconsola, adolescentes que queman las redes sociales y adultos que no saben vivir sin el smartphone de última generación o sin ver series en una plataforma de contenidos.
Y ante esta situación surge, según David de Cubas García, Psicólogo Infantil y Juvenil de La Salud y autor del libro EDUCACIÓN FAMILIAR EN LA ERA DIGITAL, “surge la pregunta: ¿crees que toda la actividad digital de una familia entera, tiene una repercusión en la educación y estado emocional de nuestros hijos e hijas? Y la respuesta contundente es… SI, la tiene. Tenemos que ser coherentes y por unos instantes, “parar a pensar” lo que estamos haciendo con el uso de los dispositivos tecnológicos en mi familia”.
“Formar una familia- asegura De Cubas- no es cosa fácil y menos educar hoy en día. Requiere de algunos conocimientos evolutivos, aunque sean básicos, habilidades en comunicación, saber gestionar conflictos, saber vivir con la adversidad, gestionar el tiempo, tener un plan familiar y lo más importante, tener la actitud necesaria para vivir cada día con ilusión ante este gran proyecto familiar, que voluntariamente decidiste poner en marcha”.
“Pero a la hora de la verdad-añade-, muchas familias no saben cómo gestionar la adversidad, siguen utilizando un estilo educativo familiar anticuado, basado en el miedo, el poder y el castigo y están criando a sus hijos e hijas, en un país idílico llamado HAPPYLANDIA. En este país, nunca se dice NO, prima el TENER frente al SER y ante cualquier adversidad que surja, nuestros hijos e hijas obtienen casi siempre, lo que quieren”.
Ante esta situación que muchas familias viven, no se trata de ser expertos en educación y en dispositivos tecnológicos, se trata de EDUCAR con estrategias claras que nos acompañen durante el proceso de crecimiento personal y de una forma constante a todos los miembros de una familia. EDUCAR en la ERA DIGITAL, conlleva de un nuevo reto educativo, en el que muchos de los papás y mamás nacidos en la era analógica, se enfrentan actualmente.
Peleas constantes por dejar el móvil cuando tienen que estudiar, adolescentes que se acuestan con su smartphone y duermen menos horas, preadolescentes que juegan en la videoconsola a determinados juegos que no pueden por edad, discusiones constantes, uso inadecuado de las redes sociales tanto en forma como en tiempos, bajo rendimiento escolar, ausencia de ejercicio físico, ciberacoso y acoso escolar en las redes entre adolescentes. Estas son entre muchas más, las situaciones que acompañan al uso inadecuado de los dispositivos tecnológicos.
Para David de Cubas, “es hora de tomar el control ante un despropósito social, que se nos ha ido de las manos”. En este sentido, se pregunta ¿Cómo es posible que menores de 6 años pasen más de 1 hora ante un dispositivo tecnológico? “¿Cómo es posible que niños/as de 5º y 6º de primaria lleven móvil? ¿Por qué muchos preadolescentes juegan todos los días con la videoconsola a juegos que no coinciden con su edad? ¿Por qué tu hijo/a de 13 años edad no deja a sus padres/madres, ver sus redes sociales? ¿Cómo pueden llegar a subir fotos en las redes un tanto “delicadas” niñas de 12 y 13 años? ¿Cómo son capaces de acosar a un amigo/a por medio de las redes?”
Es evidente que los contenidos en las redes sociales, las aplicaciones, los juegos y las plataformas de ocio, tienen una gran fuerza para captar la atención y además son tan motivantes, que llegan a controlar nuestro tiempo y “lo que es aún más duro decir- advierte el Psicólogo Infantil y Juvenil de La Salud-, nuestra conducta. Que alguien me diga que sólo ve un capítulo de una serie y lo deja para el día siguiente o que un adolescente esta sólo unas 3 horas diarias usando su smartphone, lo que supone 42 días completos al año. ¡¡Una auténtica barbaridad!!”
Ante esta realidad, David de Cubas está trabajando ya con familias para reconducir esta situación. Y ha visto que “las familias que empiezan a educar desde muy pequeños en el buen uso de los dispositivos tecnológicos en tiempo y forma, teniendo en cuenta la edad de sus hijos/as, tienen mejor clima familiar, menos conflictos, mayor comunicación entre sus miembros y a esto se le llama, bienestar familiar. Y todo es posible con solo la ausencia de dispositivos a menores de 6 años. Para aprender en estas edades (0-6 años) no necesitamos de la tecnología. Lo que necesitan nuestros hijos e hijas, es moverse, saltar, correr, manipular objetos, aburrirse, pintar, salir a la calle, jugar con sus iguales etc.… y todo ello sin tecnología, así de sencillo y así de complejo”.
“Nuestros hijos e hijas- asegura- pueden vivir perfectamente sin una pantalla a su lado, sin un uso abusivo de los dispositivos tecnológicos de los que dispongan, pero para ello, hay que ponerse cuanto antes y contra más pequeños sean tus hijos/as, mejor”.
De entrada, hay varias acciones educativas que los adultos deben gestionar de forma segura y cuanto antes. Una de las más importantes, es el número de horas que ellos, como padres y madres, pasan en casa con su dispositivo ya sea viendo la TV, series, con un smartphone, con la videoconsola (si es que juegan) o con el ordenador personal.
Otra acción muy recomendable consiste en gestionar de una forma clara y concisa el uso de cualquier dispositivo dentro de la habitación de los hijos e hijas. “Mi recomendación- explica David de Cubas- es que no haya TV en la habitación y en el caso que haya ordenador, que tenga un tiempo de uso. Y muy importante… el smartphone siempre debe dormir fuera de su habitación”.
Además, es más que recomendable, aunque nos parezca una utopía, que no se dé una móvil a un menor antes de su entrada en el instituto, a finales de los 12 o a los 13 años.
En este sentido, asegura el psicólogo, “todos los padres y madres me dicen lo mismo: “es que todos sus amigos/as ya tienen móvil y él/ella entonces es el rarito”. Ante esta situación- explica- simplemente podrías decirle a tu hijo/a que tu familia tiene unos principios y objetivos educativos, donde priman unas situaciones frente a otras y en este caso, tu familia conoce las consecuencias que podría tener en un preadolescente, el uso inadecuado de la tecnología, especialmente con las actividades que podría dejar de hacer (deporte, lectura, relaciones interpersonales, ayudar en casa…) usando el móvil antes de tiempo”.
Hoy en día, mejorar las habilidades interpersonales en comunicación familiar, de tal forma que los niños y niñas o adolescentes aprendan a pensar por sí mismo las normas para saber establecer el uso de la tecnología en familia, se considera uno de los principales retos educativos en donde hay que poner mayor esfuerzo en plena era digital.