Más de 22.000 personas se vieron afectadas, el pasado año, por esta patología que afecta tanto a mujeres como a hombres, aunque existe una mayor incidencia en el sexo masculino y entre hombres con más de 60 años con un importante consumo de tabaco durante toda su vida. Cuando el cáncer se convierte en severo y el cirujano se enfrenta a una cistectomía – extirpación de la vejiga- seguramente tiene que actuar sobre tejidos y órganos colindantes; la próstata en el hombre, el útero en la mujer.
La cirugía robótica permite un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo y de alta complejidad a través del cual se lleva a cabo la extirpación completa de la vejiga urinaria afectada por el cáncer. La cirugía se lleva a cabo practicando varias incisiones de pocos milímetros en la pared del abdomen, que serán las puertas de entrada a través de las que se introducen en el interior del paciente los instrumentos quirúrgicos para llevar a cabo la intervención. El cirujano y su equipo trabajan minuciosamente, ayudados por el robot, para extirpar la vejiga en su totalidad y también retirar los tejidos y ganglios linfáticos que se encuentren junto a ella. A continuación, se reconstruye el tracto urinario para que pase la orina desde los riñones al exterior.
El paciente debe poder retener la orina y depositarla en una cavidad construida al efecto. Se trata de una cirugía reconstructiva, que dependiendo del grado de afectación, de la patología y del criterio del equipo quirúrgico en el momento de realizarla pueden optar por la creación de un reservorio, una nueva vejiga, construida con fragmentos del intestino grueso del paciente, intentado conseguir una derivación de la micción lo más natural posible. En el caso de que no sea posible la reconstrucción de la vejiga, se conectan los uréteres a la pared abdominal, lo que implicará tener que llevar bolsa colectora de la orina externa.
En ambos casos, debido al elevado nivel de complejidad del procedimiento, tiene que llevarlo a cabo urólogos experimentados en cirugía laparoscópica y contar con tecnología apropiada, como los equipos de alta definición Da Vinci, con visión 3D a 4K de resolución, que les permite tener una visión precisa y ampliada de la zona a intervenir, facilitándoles el trabajo, incrementando la precisión y minimizando así los efectos secundarios tanto en la impotencia como en la incontinencia.
La llegada de esta innovación coloca a la tecnología robótica como una auténtica revolución, tanto para el cirujano/a como para nuestros pacientes. La incorporación del sistema de cirugía robótica Da Vinci en el Hospital La Salud y su utilización por equipos expertos en su manejo, permite un menor sangrado durante la cirugía, un menor dolor y complicaciones en el post-operatorio, también un menor impacto estético, por las cicatrices más pequeñas y una recuperación más rápida. Todo ello sitúa a nuestro centro en la vanguardia tecnológica en beneficio de nuestros pacientes.