“Tómate el zumo que se le van las vitaminas” o “come espinacas que tienen mucho hierro”. Son frases que hemos escuchado en repetidas ocasiones pero que, a pesar de la creencia popular, no son del todo ciertas. Hoy, de la mano de la nutricionista de IVADI, Vanessa Martín, desmontamos algunas creencias equivocadas sobre los alimentos, la manera de comerlos y damos algunas pautas para mantener nuestra microbiota más fuerte y saludable.
La nutrición evoluciona día a día a raíz de nuevas investigaciones. En este sentido, la pirámide en la que nos basábamos hace unos años ha cambiado. Hoy en día se ha demostrado que es mucho mejor basarnos en el plato saludable.
Cuando preparamos la comida, las verduras y hortalizas deben ocupar a mitad de nuestro plato, ya sean cocidas o crudas, y siempre procurando que haya una buena variedad de productos. Por ejemplo, aquí podemos incluir brócoli, zanahoria, cebolla, champiñones, tomates, espinacas, pimientos…
El 25% del plato deben ocuparlo los carbohidratos. En este apartado se incluyen los cereales, las patatas (mejor cocidas o al horno), las legumbres, la pasta o el pan. Hay que dar prioridad a los cereales integrales variados, limitando los cereales refinados como la pasta o el pan blanco, ya que tienen un mayor índice glucémico y provocan una mayor repercusión en el control del azúcar en sangre y en el exceso de peso.
Y el otro cuarto de plato lo deben ocupar las proteínas saludables: pescados, aves, legumbres, huevos y frutos secos.
El huevo es una fuente de proteína muy buena y completa con muchas vitaminas y minerales. Se puede comer sin problema más de un huevo al día. La yema no hace subir el colesterol. Eso sí, lo importante es qué tipo de huevo y como lo cocinamos. Debe ser ecológico y de calidad y debemos evitar freírlo y acompañarlos de patatas fritas.
El pan es un carbohidrato y nos da energía, sí. Pero no engorda más que otros alimentos similares. Lo importante es la cantidad: tostadas para desayunar, un bocadillo para almorzar y pan en las comidas es demasiado. Y, además, hay que tener en cuenta que no es lo mismo el pan de supermercado que el de masa madre, integral, bien fermentado. No es solo el pan lo que engorda es lo que le ponemos de acompañamiento: embutido, aceite, queso…
El pan tostado no engorda menos, es solamente que no tiene agua.
Respecto a la patata, igual que el boniato o la calabaza, es otro carbohidrato. Muy saludable. Un tubérculo no manipulado súper saciante. Pero una vez más, en su justa medida y vigilando con qué la acompañamos y cómo la cocinamos: frita en aceite que no sea virgen extra, con pan, con huevo frito…. Hecha al horno o hervida es muy saludable.
Y el plátano es una fruta muy sana. Tiene potasio, vitaminas… no pasa nada por consumir uno a día. Hay otras frutas con índices glucémicos más elevados que el plátano.
Mejor comer 3 veces al día que 5 a nivel digestivo ya que el estómago debe reposar para darle tiempo a la microbiota a regenerarse. El intestino no debe estar tantas horas trabajando. Hay que dejarlo reposar, al menos, 12 horas seguidas para nuestra salud digestiva.
Esta afirmación no tiene ningún sustento científico. Sirve para ciertas situaciones patológicas, pero no para quemar grasa. Este milagro no existe.
Esto es totalmente falso. Cuando pasan unas horas lo único que puede haber es una mínima degradación, pero nada importante. La vitamina no se va a ninguna parte.
Lo que hay que tener en cuenta es que los zumos en general, aunque sean naturales, no son recomendables y menos a diario porque son solamente el azúcar de la fruta, sin la pulpa que es lo interesante. Si queremos fruta líquida es mucho mejor hacerse un batido.
Esto no es cierto. Hay muchos alimentos con hierro como por ejemplo los berberechos, las legumbres, el huevo, el pescado…
Lo ideal es comprar las verduras en el barrio, de proximidad, ecológicas y de temporada… Pero las verduras congeladas tienen los mismos nutrientes que las frescas y son un excelente recurso para tener siempre en casa y poner algo de verdura en cada plato
El único alcohol saludable es el que no se bebe. Ni una copa ni media. La ingesta de alcohol no debe normalizarse.