Cuando el cuerpo de la mujer está expuesto a este virus de transmisión sexual, su sistema inmune generalmente impide la formación del cáncer, pero en determinadas circunstancias y tras muchos años expuesto al virus, el cuello uterino desarrolla células cancerígenas. Es posible reducir esta posibilidad con una vacunación en la adolescencia y realizando pruebas rutinarias de detección.
En su primer estado, el cáncer de cérvix es asintomático, lo que no permite su detección precoz, por ello las visitas periódicas al ginecólogo y las pruebas rutinarias son garantía ante la aparición de este cáncer.
Se diagnostican más de 2.000 casos de cáncer en mujeres al año en España. Cuando se detecta en fase inicial, la histerectomía radical – extirpación total o parcial del útero – es la solución más efectiva y que proporciona más garantías en la mujer.
Pero hay buenas noticias, dos estudios recientes confirman que el uso de tecnologías robóticas mejora en un 90% la recurrencia de los tumores tras la operación, ofreciendo unos resultados espectaculares en las cirugías de cáncer de cuello de útero.
Cuando hablamos de robot en el quirófano, muchas personas se imaginan a R2D2 con bisturí y láser frente al paciente. Nada más lejos de la realidad. El robot Da Vinci es una herramienta de alta tecnología que, conducida por un equipo humano experto, obtiene grandes ventajas con su uso; mejor ergonomía, movimientos más precisos, lentos y sin temblor; mejor visión, al usar un visor 3D de alta resolución y cámaras laparoscópicas; un rendimiento mayor, al reducir tiempos y permanencia del paciente en el quirófano. El equipo humano experto es quién decide y ejecuta la cirugía, acompañado de una tecnología que beneficia al paciente en todas las fases de la operación.
El paso por un quirófano siempre es motivo de preocupación y a veces de largos procesos de curación, reposo y posoperatorios. Con el robot Da Vinci y el equipo médico de La Unidad de Cirugía Robótica de La Salud operando cáncer de cérvix, obtienen unos resultados óptimos en la cirugía que reducen las posibilidades de recurrencia del tumor. Nos encontramos con una recuperación rápida, una vuelta a la normalidad casi inmediata y un postoperatorio mínimo. La casi inexistencia de cicatrices y unas incisiones mínimas para introducir el instrumental en el organismo permite reducir el sangrado y las molestias posteriores a la cirugía.