La angustia y el sentimiento de soledad, sumado a la incapacidad de despedirnos de un ser querido, puede llevar a muchas personas que en estos días han perdido a algún familiar por la enfermedad de Covid-19 a una posible depresión. Para aliviar esta situación, y para que las personas pueden compartir su miedo a la muerte y el dolor que se han mezclado así como cualquier otra angustia ante la incertidumbre del momento, el servicio de Psiquiatría del hospital La Salud ha puesto en marcha una plataforma para asistir a los pacientes mediante videoconferencia (telepsiquiatria.es). No requiere darse de alta ni ningún tipo de descarga. Se le envía un enlace al paciente para que pueda conectarse directamente.
“No poder decir adiós, no poder ver el cuerpo de un ser querido o imaginar lo que podrían haber sufrido, son recuerdos que permanecen con las personas y, a menudo necesitan ayuda para pasar página. Desgraciadamente son numerosas las familias que han tenido una pérdida por esta enfermedad en estos días. Familias y amigos que no han tenido la oportunidad de honrar a sus madres, padres, abuelos, cónyuges, hermanos, hermanas…
Por el contrario, solo han podido experimentar una fugaz despedida entre grandes medidas de seguridad médica, con la agonía de no poder dar un abrazo o coger de la mano a ese ser querido, que es lo humanamente básico”, explica el psicólogo del Servicio de Psiquiatría del hospital La Salud, Tony Crespo
Crespo asegura que “este dolor puede verse incrementado, si a todo lo anterior le sumamos que las familias pueden quedar confinadas en cuarentena, sin poder abrazarse ni consolarse, viviendo con el temor de que otro miembro de su familia pueda también enfermar. Los humanos necesitamos del contacto social, de las relaciones personales, y no hay medida de cuán doloroso y horrible es para las personas en este momento”.
“Los rituales entorno a la muerte- añade- son muy importantes para un dolor saludable, ya que poder reunirse en un funeral junto a la familia, es un momento de conexión vital para las personas. En estos días no solo han perdido a sus seres queridos, sino que también pierden la capacidad de reunirse para honrarlos. Cuando más sufren las personas ante una perdida es cuando quieren abrazar a su ser querido y no pueden hacerlo”.
“Las personas necesitamos oír las voces y ver las caras de nuestra familia para afianzar que están con nosotros, incluso si no pueden estar físicamente. Los tiempos en un duelo son únicos y requieren medidas especiales; por ello es importante que las personas que han perdido a un ser querido puedan tener el apoyo familiar casi de inmediato, aunque sea de forma virtual”, añade el Dr Crespo.
Tratar de recordar los momentos felices de la persona que ha fallecido, mantener el contacto humano e incluso el emocional es necesario, porque de otra manera la persona queda anclada en un duelo inacabado.
Durante las cinco fases del duelo, las personas experimentan tristeza por la pérdida de su ser querido e incluso se pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo.
– La fase de Negación; negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida.
– La fase de Enfado; de la indiferencia o, de la ira por no poder evitar la pérdida que sucede.
– La fase de Negociación; donde se busca una solución a la pérdida a pesar de conocerse la
imposibilidad de que suceda.
– La fase de Aceptación; donde se asume que la pérdida es inevitable.
-La fase de Dolor Emocional o depresión; donde se experimenta tristeza por la pérdida.
– La fase de Aceptación, en esta última fase se asume que la pérdida es inevitable y se
contempla un cambio de visión: aceptar no es olvidar.
Por otro lado, algunas personas pueden decidir posponer el funeral hasta después de que pase la pandemia de Covid-19; aunque esto es respetable, sería recomendable que algún tipo de servicio funerario tuviera lugar dentro de las primeras semanas después de la muerte.
El sentimiento de culpabilidad surge a menudo dentro de las etapas del dolor por un duelo.
Un cierto grado de culpa a menudo está presente en cualquier duelo normal, generalmente pensamos en cosas que podríamos haber hecho o dicho de manera diferente, pero es probable que se exagere con Covid-19.
“La experiencia en este caso será complicada por el hecho de que las personas que han sufrido la perdida pueden sentir que su ser querido ha muerto aislado y sin su apoyo- explica el Dr. Crespo- y el dolor puede ser más intenso si la muerte ha sido repentina o inesperada y si no tuvieron la oportunidad de decirles cuánto significaron para ellos y cómo influyeron en sus vidas”.
Tomarse el tiempo para recordar a nuestros seres queridos es vital y, aunque sobre todo en las primeras etapas del duelo las personas puedan sentirse más abrumadas por la tristeza, en ese momento, es importante recordar nuestra vida junto a la suya.
A muchas personas les alivian ciertas acciones encaminadas a manejar el dolor; acciones como ver fotos y videos antiguos de su ser querido e incluso escribirle cartas; otras en cambio prefieren hablar con ellos y decirles aquello que creen que les quedo pendiente, o simplemente lo mucho que les extrañan.
Por otro lado, asegura Tony Crespo, “podemos encontrarnos con personas que necesiten de un apoyo profesional, personal e individual, porque no logran vencer esa pena y ese dolor inmenso por la perdida.
En estos casos e incluso si tienen una familia y unos amigos que les apoyan, deberán pedir ayuda a los profesionales de la salud mental, para que podamos facilitar las herramientas tan importantes para la curación de este dolor”.