El pasado jueves 31 de julio el Hospital de la Salud celebró con especial recogimiento y alegría la festividad de San Joaquín y Santa Ana, patronos de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Esta tradición que se remonta a más de dos siglos es una cita anual que une a Hermanas, personal sanitario, pacientes y familiares en un ambiente de fe, gratitud y fraternidad.
Aunque la fecha litúrgica oficial es el 26 de julio, este año la conmemoración se trasladó al día 31 manteniendo la expectación y el cariño con que el equipo humano del hospital aguarda siempre esta ocasión. A las 19:00 horas, en la capilla del centro, se celebró la Eucaristía como acto de recuerdo y agradecimiento a los abuelos de Jesús. En la ceremonia se pidió su intercesión para que sigan guiando nuestro compromiso con la humanización, la hospitalidad, el respeto y el afecto que inspiran la atención a nuestros pacientes.
Tras la misa los asistentes compartieron una merienda fraterna que permitió estrechar lazos entre Hermanas, profesionales y comunidad hospitalaria reafirmando así el espíritu de familia que caracteriza al Hospital de la Salud.
San Joaquín y Santa Ana son para la Iglesia y para nuestra Congregación un modelo de fe, entrega y caridad. Su vida recuerda que la vejez es una etapa de plenitud en la que la experiencia y la sabiduría se convierten en un legado invaluable para las nuevas generaciones. En una sociedad que con frecuencia relega a los mayores esta festividad invita a reconocer y valorar su papel insustituible.
El ejemplo de San Joaquín y Santa Ana ha inspirado la misión de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en todo el mundo, vivir la caridad como razón de ser y fin último de cada acción. Esa misma vocación de servicio se materializa en el Hospital de la Salud donde cada paciente es atendido con calidez, respeto y dedicación.
La obra de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana se extiende a cientos de misiones presentes en los cinco continentes. Allí donde están, llevan ayuda, consuelo y esperanza a quienes más lo necesitan. La celebración de nuestros patronos es también un momento para sentirnos unidos a esa gran familia que, en distintos lugares del mundo, comparte los mismos valores y el mismo espíritu de servicio que nos inspira en el Hospital de la Salud.
La jornada del 31 de julio dejó en todos los presentes un sentimiento de gratitud y de pertenencia. Fue una ocasión para agradecer la vida, la entrega de quienes forman parte de esta comunidad y la oportunidad de seguir acompañando con dedicación y respeto a cada paciente. Reafirmamos nuestro propósito de mantener vivo el legado de San Joaquín y Santa Ana y de las Hermanas de la Caridad, construyendo cada día un hospital donde la hospitalidad y la caridad se conviertan en gestos concretos que transforman vidas.