Todos conocemos los beneficios de la luz solar y de pasar tiempo al aire libre. Estamos en esa época del año en la que disfrutamos de vacaciones y estamos más tiempo en playas y piscinas, donde la exposición al sol se incrementa notablemente y puede provocar molestias en la piel. Si permanecemos demasiado tiempo expuestos y sin protección, el peligro aumenta y podemos incluso sufrir quemaduras en la piel.
Existen distintos grados de afección de la piel expuesta al sol; desde una leve sensación de calor al tocar la piel, enrojecimiento e incluso se puede notar una leve hinchazón. La quemadura puede ir a más, con sensación de picazón y dolor en la zona. Si la quemadura es de mayor grado, pueden aparecer ampollas con líquido y dolor en los ojos. Una quemadura grave produce dolor de cabeza y náuseas, fatiga e incluso fiebre. Si notas mareos, dolor de cabeza y náuseas o aparece ampollas, debes acudir inmediatamente al médico.
Las quemaduras pueden producirse en cualquier zona del cuerpo expuesta al sol; las orejas y labios, la nariz, el cuello e incluso el cuero cabelludo. Cuidado también al descuidarse pensando que la ropa o las nubes protegen del sol, pues algunos tejidos poco tupidos y las nubes pueden se atravesados por la luz ultravioleta y producir lesiones. Cuidado también con los ojos, son muy sensibles a la luz ultravioleta.
Todos corremos peligro al exponernos al sol, pero no todas las pieles reaccionan igual. Las pieles blancas y las personas con cabellos rojizos pueden sufrir quemaduras muy fácilmente, igual que si trabajas al aire libre, vives en una zona con muchas horas de sol o te expones con regularidad sin protección.
Nadar o mantener la piel mojada durante la exposición al sol incrementa las posibilidades de sufrir quemaduras solares. Ser de piel o cabello más oscuro no evita el peligro, así que la protección debe ser igual para todos, independientemente del tono de piel.
Los menores de 6 meses NO deben exponerse al sol. Los de más der 6 meses, es importante que usen protectores de más de 50 y con filtros minerales.
Si nuestra piel se expone al sol frecuentemente y las quemaduras suceden de forma reiterada, estamos produciendo un envejecimiento prematuro de la piel, debilitándose el tejido, produciendo arrugas más profundas y dejando la piel seca y áspera.
Las manchas que son producidas por sucesivas quemaduras son lesiones cutáneas precancerosas. Estas queratosis a menudo se encuentran en cuello y manos, las zonas habitualmente más expuestas y que pueden transformarse en un cáncer de piel. Hay que tener en cuenta que la excesiva exposición al sol, aun cuando no se produzcan quemaduras, aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel, como el melanoma. Las quemaduras por el sol durante la infancia y la adolescencia pueden aumentar el riesgo de sufrir melanomas en el futuro.
Comienza por evitar la exposición al sol de forma continuada, sobre todo las horas centrales del día, entre las 11:00 y las 16:00 horas.
Si vas a broncearte usa también un protector solar, el bronceado no disminuye el resto de quemaduras por el sol. Utiliza también un protector labial y una crema corporal de amplio espectro y y resistente al agua. El factor de protección solar que utilices debe ser de 30, como mínimo, pues bloquea el 97% de los rayos ultravioletas B. Ten en cuenta que ningún protector solar es eficaz al 100%, y que debes aplicarlo desde media hora antes de la exposición.
Vuelve a aplicar el protector cada dos horas o menos si nadas o sudas mucho y presta especial atención a niños pequeños y bebés. Mantenlos protegidos, frescos e hidratados. Además de protector solar puedes utilizar ropa liviana, sombreros y permanecer en zonas con sombra.
Disfrutar del aire libre y del sol no debe porqué perjudicar tu salud. ¡Protégete!