A las 32 semanas de embarazo Marta rompió aguas en casa. Su hijo Diego nació de forma prematura y estuvo ingresado en la UCI Pediátrica durante caso un mes recibiendo alimento por una sonda.
“Desde que nació – explica Marta – , me saqué leche cada 3 horas para que me subiera bien y tuviera una producción adecuada”. “En la UCI me apoyaron muchísimo – nos cuenta – y se volcaron mucho conmigo y con el bebé resolviéndome cualquier duda y ayudándome en todo lo que necesitaba”.
Cuando Diego pasó a Neonatos al principio no comía bien porque estaba acostumbrado a la sonda y porque era muy pequeñito. “Se me pasó por la cabeza tirar la toalla de la lactancia, pero gracias al apoyo que recibí por parte de todo el equipo no lo hice. “Mi eterno agradecimiento – dice– porque gracias a su apoyo he seguido y estoy muy contenta”.
Diego come ahora perfectamente, se coge bien y gana peso. “Me da mucha paz poder alimentarlo bien. ¡Estoy feliz porque los dos lo hemos conseguido!”, asegura.