Cardiología mujer

El corazón de la mujer

Cardiopatías

Una de cada cuatro muertes en las mujeres mayores de 25 años es a causa de una enfermedad cardiovascular, en su mayoría cardiopatías isquémicas  que afectan mucho más a las mujeres que a los hombres. No en vano, mueren más mujeres por patología cardiaca que por la suma de todos los cánceres.

Los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular son comunes: tabaquismo, obesidad, dislipemia, sedentarismo y la dieta, así como los efectos secundarios de algunos tratamientos oncológicos. Las mujeres deben conocer los factores de riesgo cardiovascular y entender la importancia de realizar cambios en el estilo de vida que puedan reducir esos riesgos.

La buena noticia es que 8 de cada 10 casos de muerte por cardiopatía se pueden prevenir, controlando los factores de riesgo.

El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. El tabaquismo, combinado con los anticonceptivos orales, aumenta considerablemente el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular o un accidente cerebrovascular. Afortunadamente, independientemente del tiempo que hayan fumado y la cantidad de cigarrillos consumidos, los fumadores pueden reducir inmediatamente su riesgo de sufrir un evento cardiovascular si dejan de fumar.

La presión arterial alta o hipertensión

Es una enfermedad silenciosa y la primera causa de muerte en el mundo. Sin tratamiento, aumenta el esfuerzo del corazón, acelera la aterosclerosis y por tanto aumenta el riesgo de un infarto de miocardio o un ictus. Aunque la hipertensión arterial no puede curarse, sí puede controlarse con dieta baja en sal, ejercicio aeróbico y, de ser necesarios, tratamiento médico. La hipertensión es un factor de riesgo que está presente toda la vida y requiere un control eficaz a largo plazo. Eso implica, entre otras cosas, tomarse periódicamente la presión arterial y mantener un estilo de vida cardiosaludable

HIPERTENSIÓN 

Los niveles de colesterol también están relacionados con el riesgo cardiovascular de una persona. Junto al colesterol total, es clave analizar las cifras de colesterol LDL (colesterol malo) y HDL (colesterol bueno) y el nivel de colesterol total. Antes de la menopausia, las mujeres, en general, tienen niveles más elevados de colesterol que los hombres porque los estrógenos aumentan los niveles de HDL en la sangre. Pero después de la menopausia los niveles de HDL, el “colesterol bueno” suelen bajar, incrementándose así el riesgo cardiovascular. Los niveles de colesterol HDL y LDL pueden mejorarse con dieta, ejercicio y, en muchos casos es necesario el tratamiento médico para alcanzar los objetivos de cifras de colesterol, que estarán en función del riesgo vascular de cada paciente

La obesidad es un importante cuyo impacto no deja de subir en las últimas décadas, siendo un factor clave para el desarrollo de ateroesclerosis, y de insuficiencia cardiaca. La obesidad está íntimamente ligada a la inflamación, y ésta con el desarrollo de ateroesclerosis y aumento del riesgo vascular

La diabetes es más común en las mujeres y representa un mayor riesgo. La primera causa de muerte de un paciente diabético es la enfermedad cardiovascular. En España se calcula que un paciente con diabetes mellitus (DM) y un infarto previo su esperanza de vida se recorta cerca de 14 años. Por ello es imprescindible mantener un estilo de vida saludable, una dieta mediterránea y un peso ajustado, para evitar el desarrollo de DM. Y en el caso de padecerla, es importante que te trates con fármacos cardioprotectores como varias familias de antidiabéticos actuales

La inactividad física es un importante factor de riesgo cardiovascular. Muchos estudios han demostrado que el ejercicio reduce el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o cerebral, aumenta los niveles de colesterol “bueno” HDL, normaliza la glucosa, reduce la presión arterial y aumenta la flexibilidad de las arterias. El ejercicio también ha demostrado reducir el estrés mental. La OMS recomienda una media semanal de 4-5 horas de ejercicio moderado a la semana.

Los anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) pueden representar un mayor riesgo cardiovascular para las mujeres, especialmente aquellas que tienen otros factores de riesgo, tales como el hábito de fumar u obesidad. Las mujeres deben informar al médico sobre cualquier otro factor de riesgo cardiovascular que tengan, antes de comenzar a tomar píldoras anticonceptivas.

El consumo excesivo de alcohol puede contribuir a la obesidad, elevar los niveles de triglicéridos y la presión arterial, causar una insuficiencia cardíaca y contribuir a un ataque cerebral. Para las mujeres, una cantidad moderada de alcohol sería un promedio de una bebida por día.

El estrés se considera un factor contribuyente al riesgo cardiovascular en ambos sexos. El estrés puede contribuir a otros factores de riesgo, tales como el hábito de fumar, mala alimentación o sedentarismo que aumentará el riesgo de un evento.

La depresión puede afectar la forma en que la mujer hace frente a sus problemas de salud o sigue el consejo de su médico. Según las pautas de la AHA, la evaluación para descartar la depresión debería formar parte hoy en día de la evaluación global del riesgo cardiovascular de la mujer.

Síndrome de TAKO-TSUBO o del corazón roto

En el 85% de los casos afecta a mujeres en la etapa post menopáusica con estrés emocional o físico repentino que causa una liberación excesiva de adrenalina y puede dañar el corazón temporalmente.

Algunos de los desencadenantes que lo pueden provocar son:

  • Una muerte inesperada de alguien querido
  • Un diagnóstico médico desfavorable
  • Perder o ganar mucho dinero
  • Actuar en público
  • Sufrir un desastre natural
  • Sufrir una situación difícil y dura

Los síntomas son muy parecidos a los de un infarto de miocardio pero las arterias, en este caso, no están obstruidas. Provoca un daño transitorio en el corazón.

El pronóstico, por la general, es bueno y la recuperación suele ser completa en pocas semanas.

Las revisiones y los chequeos cardiológicos son fundamentales para prevenir complicaciones futuras y evaluar tu nivel de riesgo cardiovascular en las diferentes etapas de tu vida.