La deficiencia de vitamina D está asociada con una mayor mortalidad en pacientes mayores con fractura de cadera, especialmente aquellos con deficiencia grave. En concreto, los pacientes mayores con un déficit severo de esta vitamina mueren el doble por complicaciones tras una fractura de cadera que el resto. Es la principal conclusión de un meta-análisis sobre el “Impacto de la deficiencia de vitamina D en la mortalidad en pacientes con fractura de cadera”.
El estudio se ha realizado a partir de una colaboración multidisciplinar entre el equipo de Traumacenter del hospital La Salud liderado por el Dr. Rafael Llombart, el Dr. Rafael Llombart Blanco de la Clínica Universitaria de Navarra, Gonzalo Mariscal del hospital la Fe y el Dr. Carlos Barrios Pitarque de la Universidad Católica de Valencia (UCV). Ha sido ya aceptado y en breve se publicará en el prestigioso Journal of the American Geriatrics Society.
Los datos se han extraído de la agrupación de los datos de 9 estudios realizados en todo el mundo con un total de 4.409 participantes. “Un hito muy importante- según el Dr. Llombart- ya que nos ha permitido extraer un dato objetivo, objetivable, predecible, tratable y, además, barato”.
Este meta-análisis destaca que la deficiencia de vitamina D es un factor de riesgo potencialmente modificable para la mortalidad en pacientes mayores con fractura de cadera. Los hallazgos sugieren que abordar la deficiencia de vitamina D a través de pruebas diagnósticas simples y suplementación segura podría ser una intervención efectiva para mejorar la supervivencia en esta población. En este sentido, el Dr. Llombart asegura que “el análisis demuestra que modificar la mortalidad asociada al déficit de vitamina D es posible y fácil. Solo requiere que los pacientes se tomen un suplemento de esta vitamina bajo la supervisión de su médico”.
“A día de hoy la fractura de cadera es una auténtica pandemia, es la segunda fractura más frecuente que entra por Urgencias en Traumatología. Lo que pretendemos poniendo estos datos sobre la mesa es que haya menos fracturas, que se atiendan y se recuperen antes y que tengan menos complicaciones después”. “Además, muchas veces nos centramos en factores de riesgo no modificables o difíciles de modificar como la edad, el sexo o el estado socioeconómico. Por ello es importante abordar factores de riesgo modificables o controlables, y frecuentes, como son el tabaco, la obesidad, la diabetes o en este caso, el déficit de vitamina D. De este modo se pueden implementar estrategias preventivas relativamente baratas que aumenten la supervivencia, disminuyan las complicaciones y ahorren dinero al sistema de salud” asegura Gonzalo Mariscal, residente de traumatología del Hospital La Fe.
“Hemos visto- añade el Dr. Llombart- que la Vitamina D afecta al funcionamiento del organismo a nivel global, no solamente en la calidad de hueso sino también en la contracción del músculo, en el sistema inmunitario y en la progresión de muchas enfermedades degenerativas. Si conseguimos controlar los niveles de esta vitamina podremos prevenir no solamente complicaciones tras una ruptura de cadera, sino complicaciones de salud a nivel general”.
Otro de los hallazgos que se han puesto de manifiesto en el estudio es que el déficit de Vitamina D también provoca que haya más posibilidad de fractura de huesos. “Sobre todo en mujeres con menopausia y osteoporosis”. Es decir, que el déficit de vitamina D provoca más rupturas y más complicaciones tras las mismas.
Esta evidencia y estos datos objetivos nos indican que “a partir de los 50 años -explican ambos Dres.- deberíamos empezar a diagnosticar este déficit en las analíticas de control de salud. Se trata de un control muy sencillo que hasta el momento nos había pasado desapercibido y que mejoraría enormemente -señalan- la calidad de vida y la prevención de enfermedades de la población”. “Más del 50% de pacientes con fractura de cadera presentan deficiencia de vitamina D”.