En España cada año se diagnostican 22.000 nuevos casos de epilepsia, de los que se calcula que, aproximadamente, la mitad se producen en niños y adolescentes menores de 15 años, según el portal vivirconepilepsia.es.
La Dra. Ana Marco, neuróloga infantil en el hospital La Salud, tranquiliza en este sentido a los padres y madres y afirma que “es importante destacar que la mayor parte de los casos de epilepsia infantil tienen un buen pronóstico y responden bien al tratamiento”.
La evolución de la enfermedad varía en función de las causas de la epilepsia, la edad y el tipo de epilepsia de que se trate. En la mayoría de los casos, es posible controlar la epilepsia con medicamentos antiepilépticos y unos buenos hábitos higiénicos. De hecho, según el portal vivir con epilepsia, “se calcula que dos tercios de los niños con epilepsia, superan las crisis a medida que se van haciendo mayores y pueden llegar a controlar la epilepsia sin medicación”.
Según la Dra. Marco hay que diferenciar “epilepsia de crisis epiléptica única, es decir, aquella que viene definida como un acontecimiento transitorio de signos o síntomas debidos a una actividad neuronal anormal excesiva o síncrona en el cerebro. Una crisis no significa necesariamente que el paciente tenga epilepsia”.
“Hablamos de convulsión- explica la Dra. Marco- para referirnos a contracciones musculares involuntarias que pueden tener origen en el sistema nervioso central o no, por lo que no es lo mismo hablar de crisis epiléptica que de convulsión”. “Y, por otro lado -añade- consideramos que uno una paciente tiene epilepsia cuando aparecen de forma persistente las crisis epilépticas o, según la ILAE (International League Against Epilepsy) hay una enfermedad cerebral que implica la existencia de cualquiera de las siguientes condiciones:
Al menos, dos crisis epilépticas no provocadas (o reflejas) que ocurran separadas por un plazo superior a 24 horas.
Una sola crisis epiléptica no provocada (o refleja) unido a una alta probabilidad por el origen causal de la misma, de que aparezcan más crisis durante los 10 años siguientes (similar al riesgo de recurrencia que hay después de presentar dos crisis no provocadas (al menos de un 60%).
Es importante, asegura la Dra. Marco, “confirmar el diagnóstico y pautar el tratamiento, con un pediatra especializado en Neuropediatría; ya que, va a ser necesaria la realización de pruebas complementarias, que habitualmente se realizan en el hospital, y el manejo terapéutico puede ser complejo en algunos casos”.
Los factores son numerosos. Sin embargo, la epilepsia más frecuente es la idiopática, que se manifiesta en 7 de cada 10 niños y cuyas causas todavía son desconocidas a día de hoy.
Entre los factores desencadenantes están:
Según el portal vivivconepilepsia.es, “la mayor parte de los niños con epilepsia suele tener una capacidad cognitiva dentro de la normalidad. Algunos niños que sufren epilepsia tienden a presentar trastornos de conducta y del aprendizaje, pero no por ello se debe asociar automáticamente la epilepsia a un retraso del desarrollo cognitivo del niño”.
Aunque muchas personas crean lo contrario, los fármacos antiepilépticos logran controlar las crisis en aproximadamente el 70% de los casos.
Es importante quitarnos de la mente la idea de que hay que introducir un cinturón en la boca de los pacientes cuando sufren una crisis. Esto no es cierto. No se debe introducir ningún objeto en la boca cuando alguien tiene una crisis epiléptica. Sus consecuencias pueden ser muy perjudiciales. Lo mejor es colocar el cuerpo del paciente de lado.