Los últimos años ha aumentado el número de adolescentes que desde los 14 años consume hipnosedantes como Tranquimacín o Diazepan. Así lo ha advertido la Dra. Teresa Orengo, médico y coordinadora de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) del Grao. Aparte de esta realidad, a la cual debemos estar muy atentos, los grandes problemas de adicciones entre los adolescentes continúan siendo el alcohol, el tabaco y el cannabis, si bien es cierto que la edad media de inicio ha mejorado en casi 2 años.
“Las actividades preventivas en ámbito escolar y la legislación de carácter restrictivo como la ley del tabaco y la ley de drogodependencias en el ámbito del consumo y publicidad del alcohol y juego han conseguido disminuir la prevalencia de su consumo, y el inicio a edades más tardías”, explica la Dra.
Aun así, el 51% de los adolescentes bebe de forma regular. En cuanto al tabaco- ha explicado la Dra. Orengo- es la sustancia más adictiva. Un 32% de los chavales tienen probabilidad de engancharse. Se fuma menos que en 1996 (la cifra ha bajado a la mitad) pero los que fuman con mucha frecuencia también beben, hacen pellas en el instituto y consumen sustancias de riesgo como el canabis. Un dato preocupante ya que “es la puerta de entrada al consumo de otras sustancias y, además, la marihuana de hoy está genéticamente modificada y llega 100 veces más principios psicoadictivos”. “Un 10% de los chavales que fuman cannabis a los 15 años sufre un episodio psicótico y eso, a esa edad, es devastador”.
En cuanto a las nuevas tecnologías, la patología más prevalente es el Gambling, el juego con dinero. En España hay 58.800 chavales de entre 14 y 18 años que son jugadores patológicos. En este sentido, lo que más se ven en la consulta de adicciones, según la Dra. Orengo, son jóvenes enganchados a las apuestas deportivas. El 83% son hombres. Casi el 67% menores de 35 años y con alto nivel educativo que juegan desde los 14-15 años.
“Es importante tener en cuenta, que los Bitcoins, aunque no están todavía definidos de esta forma, son también un juego, una apuesta, no una inversión, advierte la Dra. que añade que “todavía no tenemos estudios de las consecuencias que está teniendo”. Igual que lo que sucede con las subastas de zapatillas tan de moda últimamente.
Los motivos del enganche al juego online son múltiples: es atractivo, fácil, se gana dinero, es una transición a la vida adulta, emocionante, competitivo y además se puede realizar en grupo y “la pandilla protege”, explica la Dra. Orengo. Los signos de alerta a una adicción son
La parte positiva de la jornada ha venido al hablar de los videojuegos, tan demonizados años atrás. “Nuestra experiencia- ha asegurado la Dra – es que solamente hay adicción a los videojuegos cuando existe una patología mental previa o problemas familiares. Suele haber cosas detrás del enganche”. El 97% de los chicos juega y solo un 11% tiene problemas. En el caso de las chicas, juega el 73% y tiene problemas un 3%.
Igual que los móviles. No son adictos, “el móvil es un contenedor de cosas y no debemos demonizarlo”, asegura Orengo. En este sentido, el psicólogo infantil David de Cubas, ha advertido de que “hay que aceptar que nuestros hijos e hijas van a convivir con el móvil como un apéndice de su mano y que hay saber que castigar con este tema no va a servir de nada”.
Solo un 33% tiene un uso problemático que no significa que sea una adicción. Lo que hay que hacer, asegura De Cubas, “es movilizar a las familias para que aprendan a gestionar la tecnología porque la culpa no es de los adolescentes. La realidad detrás de adolescentes con problemas de enganche al móvil o a las pantallas son padres y madres con problemas de salud mental no tratados y falta de comunicación en las familias”, ha concluido.
Los chavales de hoy, ha asegurado David de Cubas, juegan mucho y son nativos digitales, pero, por extraño que parezca, no tiene competencias digitales. “No saben razonar acerca de todo lo que ven en Internet y son muy fáciles de engañar. No saben gestionar tanta información”.
Hay que tener en cuenta que todo lo adictivo va directamente al sistema de recompensa cerebral, tiene conexión con la amígdala que es donde residen las emociones, y provoca una descarga de dopamina. Y que los jóvenes no tienen todavía desarrollado el lóbulo pre-frontal y, en consecuencia, no pueden prevenir las consecuencias racionales de sus acciones ni contenerse. Por ello, aseguran tanto la Dra. Orengo como David de Cubas, es tan importante que los adultos les enseñemos a gestionar sus emociones. “si no- advierten- cuando tengan una frustración oles pase algo cogerán la medicación que hay en casa y se hincharán a pastillas”.
Por su lado, la pediatra de La Salud teresa Alcayde, ha insistido en la necesidad de escuchar a los adolescentes para que se acerquen a nosotros y no huyan. “Hay que acompañarlos y conocerlos porque están en una etapa difícil en la cual sufren, y la mayoría lo hace en silencio”. “Debemos tener paciencia, neutralidad moral, no juzgar y tener con ellos mucho sentido del humor y llenar la casa de alegría y optimismo. Sus opiniones- ha añadido- siempre son válidas y el NO, no llega a ninguna parte. Es él mismo quien debe desarrollar su autonomía y descubrir su propio ser, a veces equivocándose y cayendo. “Todos merecen un adulto que crea en ellos y que les acompañe y enseñe”, ha sentenciado.