Esta celebración es motivada año a año a dar visibilidad a una enfermedad con una prevalencia de un 10% en la población infantil y un 5 % en la población adulta. Se calcula que en el mundo hay más de 250 millones de persona afectadas por esta patología que a día de hoy todavía provoca muertes.
La OMS la define como “enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea (falta de aire) y sibilancias (pitos en el pecho) que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche”. A esta definición habría que añadir que es por afectación inflamatoria de los bronquios que producen su estrechamiento y que también están presentes la opresión en el pecho y la tos como síntomas frecuentes. Además, reseñar que, aunque típicamente es una enfermedad alérgica, esto ocurre de forma más frecuente en la infancia. En la edad adulta en muchas ocasiones no están claras las causas que la provocan.
Hay diferentes conceptos erróneos que hay que despejar, como las siguientes afirmaciones que motivaron el lema del año pasado por este mismo día:
Bien, pues la verdad es que el asma puede ocurrir y aparecer a cualquier edad, no es una enfermedad infecciosa, aunque las infecciones respiratorias pueden agravarla, cuando el asma está controlada los pacientes deben ser capaces de hacer ejercicio incluso de alto rendimiento y no es necesario (en la mayoría de los casos) la utilización de corticoides a dosis altas para su control.
3 de cada 4 pacientes con asma creen que su enfermedad está bien controlada, pero nada más lejos de la realidad dado que los porcentajes se invierten cuando utilizamos los profesionales escalas de control del asma. Los pacientes no son muchas veces conscientes de las limitaciones en las actividades de su vida diaria provocadas por la enfermedad. Es por ello por lo que es muy importante un seguimiento estrecho de la enfermedad, así como la utilización correcta de la medicación prescrita.
Primero de todo y si no hay aún diagnóstico de asma, pero sospechas tener la enfermedad por padecer los síntomas citados (falta de aire, tos, pitos y/o opresión en el pecho) debes de ponerte en manos de un buen profesional que atienda esta patología.
Segundo, y si ya tienes el diagnóstico, es importante un seguimiento estrecho de la enfermedad y ser consciente de que si tengo síntomas y/o alguna limitación en mi vida es que el control de esta no es el óptimo.
Por último, es importante cumplir el tratamiento pautado de forma diligente y consultar de inmediato si con ese tratamiento aún tengo síntomas o limitaciones en el ejercicio. Recuerda que debes ser capaz de hacer una vida normal si tienes el tratamiento adecuado.
Hay diferentes tratamientos que pueden ser prescritos en los pacientes con asma. Por una parte, están los broncodilatadores: fármacos que producen una dilatación de los bronquios en los que se ha producido un estrechamiento por la enfermedad. También tenemos los corticoides, principalmente inhalados, que reducen la inflamación bronquial que produce el asma. Además tenemos otras antiasmáticos (pej Montelukast) que son tomados frecuentemente.
Por otra parte, han surgido y siguen surgiendo nuevos tratamientos que consisten en la administración de anticuerpos que bloquean ciertas células implicadas en la producción de inflamación en los bronquios y por tanto de sintomatología en los pacientes.
En resumen, en el día del Asma se pretende visibilizar la enfermedad y concienciar tanto a pacientes como a profesionales de la importancia de la detección y posterior tratamiento adecuado para conseguir una buena calidad de la vida en las personas que padecen esta patología.
Médico especialista en Neumología.