El pie de atleta suele afectar característicamente de manera unilateral a uno de los pies. Los síntomas más comunes son los siguientes:
-Piel eritematosa y escamosa, con fisuración, prurito y sensación de escozor entre los dedos de los pies (es la forma clínica más común)
-En otras ocasiones pueden aparecer formas hiperqueratosicas (Piel seca y escamosa en plantas de pies) o incluso formas ampollosas (vesículas de base eritematosa muy pruriginosas)
El tratamiento más seguro de la tiña pedis es el uso de antimicóticos aplicados directamente sobre la zona afectada (por vía tópica), entre los más frecuentemente utilizados están la terbinafina en sus diferentes formas (crema, spray muy eficaz), otras opciones son el clotrimazol y ciclopirox en crema.
Sin embargo, con frecuencia se producen recaídas y a menudo hay que usar los antimicóticos de manera tópica durante largo tiempo.
Las alternativas que proporcionan una respuesta más duradera incluyen el itraconazol 200 mg por vía oral 1 vez al día durante 1 mes (o terapia pulsada con 200 mg 2 veces al día 1 semana por mes durante 1 a 2 meses) y la terbinafina 250 mg por vía oral 1 vez al día durante 2 a 6 semanas en formas ampollosas y refractarias.
El pie de atleta se debe al mismo tipo de hongo (dermatofitos) que causa la tiña y la tiña inguinal. Los calcetines y zapatos húmedos, las condiciones cálidas y la humedad pueden favorecer la proliferación de estos organismos.
–Deja que los pies se aireen. Cuando puedas, usa sandalias para que los pies se aireen lo más posible.
–Lávate los pies a diario. Usa agua tibia y jabonosa y enjuaga y seca bien los pies, especialmente entre los dedos. Aplica un polvo antifúngico si eres propenso al pie de atleta.
–Cámbiate los calcetines regularmente. Cámbiate los calcetines al menos una vez al día y más a menudo si te sudan mucho los pies. Los calcetines que absorben la humedad son los de algodón
–Alterna los pares de zapatos. Utiliza un calzado diferente cada día. De este modo, el calzado tendrá tiempo para secarse después de cada uso.
–Protégete los pies en lugares públicos. Usa sandalias o zapatos impermeables alrededor de las piscinas públicas, las duchas y los vestuarios.
–Conoce los factores de riesgo de propagación de la afección. Si vives con otras personas, no compartas zapatos ni ropa de cama ni toallas sin lavar.