No, nada más lejos de la realidad, la Cirugía Robótica pasa por las manos de un experimentado equipo de cirujanos. La ciencia ficción y las películas de sobremesa de los sábados nos han transmitido una imagen deformada de la robótica, que no se corresponde con la realidad.
El Sistema Robótico Da Vinci, que hace unos meses pasó a formar parte de La Salud, incorpora una tecnología que incrementa la precisión y el alcance de las técnicas quirúrgicas que hasta ahora recaían en las manos de los cirujanos. Con este nuevo sistema, las manos del doctor siguen siendo las protagonistas, pero con capacidades aumentadas gracias a la tecnología.
La Cirugía Robótica multiplica la precisión de las manos del cirujano al disponer de brazos y herramientas quirúrgicas avanzadas, para incrementar la precisión de los dedos y los músculos del médico. También con la vista, el equipo de cirugía dispone de un visor 3D en alta definición que le permite captar hasta el más mínimo detalle del cuerpo del paciente y de la zona a operar, con mayor ángulo de visión.
El robot Da Vinci, en las expertas manos de nuestros equipos de cirugía, está altamente indicado para la extirpación del útero, el cáncer de cérvix o de cuello uterino y para tratar el cáncer de endometrio o próstata, con una considerable reducción en los tiempos de recuperación, con lo que los tiempos de estancia en el hospital se limita a 24 o 36 horas, lo cual permite una vuelta más rápida a las actividades cotidianas.
Esta inversión en tecnología y calidad asistencial permite disponer de la plataforma más innovadora para cirugía mínimamente invasiva. En La Salud, de momento, se están realizando cirugías ginecológicas y urológicas, aunque a medio plazo también se atenderán intervenciones de Cirugía General y Aparato Digestivo, Cirugía Torácica y Otorrinolaringología.
“En toda operación existen riesgos, incluso para los procedimientos simples, que son minimizados en función de las habilidades del cirujano y el de la selección de las herramientas tecnológicas adecuadas. Esto es de especial importancia en cirugías complejas como es el caso de la endometriosis profunda o el cáncer ginecológico”, explica el Dr. Juan Gilabert responsable del área de Ginecología de la Unidad de Cirugía Robótica, que realiza las intervenciones ginecológicas en La Salud – “su manejo experto sitúa a nuestro centro a la vanguardia tecnológica en beneficio de las pacientes”, añade.
Da Vinci ofrece la posibilidad de aplicar diferentes niveles de precisión en los movimientos quirúrgicos, eliminando el posible temblor fisiológico de la mano del cirujano y así permite reducir el tiempo en quirófano, respecto a la laparoscopia tradicional, para el mismo tipo de intervención.
El robot da Vinci ofrece una gran precisión al cirujano en la extirpación del cáncer y permite que la operación sea lo más segura y lo menos invasiva posible. Los urólogos y los ginecólogos acreditados de La Salud tienen una contrastada experiencia en cirugías complejas con el robot Da Vinci. Suman más de 200 procedimientos con esta tecnología.
“El sistema da Vinci proporciona al cirujano un control sin igual, ya que las herramientas quirúrgicas robóticas pueden moverse de formas que una mano humana no puede, y con gran precisión. Esto significa incisiones más pequeñas y menos daño a las paredes musculares y otros tejidos que rodean el objetivo”, explica el Dr. Gilabert.
“Las ventajas del robot son incuestionables para el paciente –aseguran los urólogos– no solamente por la menor probabilidad de impotencia e incontinencia en el caso de las intervenciones urológicas, sino también porque al realizarse pequeñas incisiones los resultados estéticos son mejores respecto a la cirugía abierta, hay una menor necesidad de transfusiones , menor dolor postoperatorio y menor tiempo de estancia en el hospital, lo cual permite una vuelta más rápida a las actividades normales”.
El sistema quirúrgico da Vinci es esencial para un gran número de cirugías, siendo especialmente idóneo en las que tienen un alto grado de complejidad, dónde el campo operatorio es limitado y de difícil acceso, así como en las maniobras quirúrgicas que necesitan de una elevada precisión.
Desde su lanzamiento en 1999, el número de intervenciones realizadas con esta técnica ha ido en aumento, habiéndose realizado más de 8,5 millones de cirugías Da Vinci en todo el mundo.