Urología infantil

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Urología infantil

En La Salud disponemos de un equipo especializado en Urología pediátrica o infantil para que tu hijo esté en las manos más expertas porque queremos que te sientas atendida/o por profesionales que traten a un niño como lo que es y no como a un adulto.

Las principales enfermedades o patologías que vemos en esta unidad son:

Patologías

Fimosis

Es la estrechez del prepucio que impide la retracción del mismo obstaculizando el descubrimiento del glande.

La fimosis es fisiológica en los primeros meses o años de vida por lo que no toda fimosis tiene indicación quirúrgica ni suele ser necesario realizarla en épocas muy tempranas de la vida.

La cirugía de la fimosis es la circuncisión que en niños pequeños precisa de su realización mediante anestesia general, si bien en niños mayores y adolescentes maduros puede realizarse con anestesia local o locoregional dependiendo del caso.

Se realiza con suturas reabsorbibles por lo que no es necesario retirar puntos y las curas son muy sencillas. La recuperación en niños es muy rápida.

Criptorquidia

Esta palabra proviene del griego. “Kriptos” (=oculto) y “orchis” que significa testículo. Su definición puede ser: todo testículo que no se encuentre en la bolsa escrotal.

Si tu hijo padece esta patología, significa que sus testículos pueden estar en distintas posiciones dentro del organismo, desde su localización original embrionaria junto al riñón, hasta una localización muy próxima a la bolsa escrotal.

La criptorquidia que persiste en el tiempo debe tratarse para evitar el daño en la función testicular y el riesgo a largo plazo de degeneración maligna.

El tratamiento es fundamentalmente quirúrgico, y se puede realizar mediante cirugía abierta o bien por laparoscopia en testículos muy altos.

 

Hipospadias

Es una malformación congénita que se manifiesta por la posición más baja del meato uretral por debajo de su localización habitual en el ápex peneano. Puede estar en cualquier localización desde muy cercano a su localización “normal” a estar incluso en periné por debajo del escroto.

El hipospadias suele tener asociada la malformación del prepucio que no se ha cerrado en su parte anterior y puede asociar cierto grado de incurvación del pene.

Por todo ello, salvo en los casos más leves, el tratamiento es siempre quirúrgico. Existen multitud de técnicas quirúrgicas y en ocasiones pueden ser necesarias varias intervenciones y la realización de injertos y colgajos. La cirugía del hipospadias precisa de una alta especialización por lo que debe realizarse por manos muy expertas.

La edad de intervención más aceptada es a partir del primer año de vida.

 

Hidronefrosis y Ectasia Piélica

La ectasia piélica es la acumulación de orina a nivel de la pelvis renal antes de su paso al uréter.

Existen ectasias leves que no precisan de intervención quirúgica, pero sí de control por el Urólogo Infantil y ectasias severas con repercusión en el riñón o hidronefrosis y cuya causa más frecuente es la estenosis congénita de la unión entre la pelvis renal y el uréter (unión pieloureteral).

Ambas suelen diagnosticarse hoy en día mediante el diagnóstico prenatal  durante el embarazo y en caso de confirmarse la existencia de una estenosis en la unión pieloureteral su tratamiento será quirúrgico, bien mediante cirugía laparoscópica o abierta, dependiendo de los casos. Esta patología se opera en épocas muy tempranas de la vida, generalmente a partir del primer mes de vida.

Reflujo vesicoureteral

Como su nombre indica es el anormal ascenso de orina desde la vejiga al uréter que puede llegar incluso al riñón y provocar dilatación del mismo. En un alto número de casos asocia riesgo de infección urinaria y renal por lo que suele estar indicada la administración de antibióticos profilácticos diarios a bajas dosis.

En función del grado de reflujo, de la asociación de infección, de la edad del paciente y fundamentalmente, de la repercusión en la función renal del niño puede estar indicado el tratamiento quirúrgico pues no todos los casos se resuelven espontáneamente.

En la actualidad, la mayoría de los pacientes con reflujo son diagnosticados por dilatación de la vía urinaria durante el embarazo, si bien no toda dilatación intraútero es sinónimo de reflujo ni de obstrucción.

El tratamiento más habitual hoy en día, es el tratamiento endoscópico mediante la inyección endoscópica de agentes inertes, que o bien no precisa de ingreso o éste es muy corto. Nuestra unidad tiene una de las experiencias más largas España en este tipo de intervención.

No obstante, en determinadas ocasiones puede estar indicada la cirugía abierta que en manos expertas presenta tasas de curación muy altas.

 

Incontinencia urinaria

Sucede cuando hay una pérdida de control de la vejiga y/o del esfínter urinario que ocasiona la y pérdida involuntaria de orina.

Puede tener múltiples causas, entre otros: factores psicológicos, problemas de obstrucción en la vía urinaria o de causa neurológicos.

La incontinencia diurna no se diagnostica hasta la retirada del pañal y en general, la nocturna o enuresis no se aconseja tratarla hasta alcanzados los 5 años.
Enuresis nocturna

Infección urinaria de repetición

Se denomina infección urinaria de repetición o recurrente cuando ocurre 2 o más veces durante 6 meses o tres o más veces en un año.

Es un problema frecuente en lactantes y niños. En los primeros 4-6 meses de vida afecta más a los varones. A partir de los 3 años, a las niñas.

El diagnóstico se realiza mediante el estudio microbiológico de la orina, siendo diferente la recogida de orina en función de la edad del niño. En su diagnóstico, además, es fundamental averiguar la causa de estas infecciones e investigar los factores que puedan favorecerla. El tratamiento de entrada como el de cualquier infección es la administración de antibióticos.

 

Sinequias de labios menores

Es una patología benigna y frecuente en las niñas que conlleva la adherencia de los labios menores.

Es muy común entre los 6 meses y los 6 años. La mayoría se resuelven de forma espontánea al llegar a la pubertad gracias a la producción de estrógenos.

En caso contrario normalmente se resuelve con sencillas medidas de higiene y tratamiento tópico con cremas, siendo en ocasiones muy recidivante.

No requieren cirugía, pero en ocasiones si la separación de las mismas, tratándose de un procedimiento sencillo, corto y poco traumático.

 

Pene enterrado y Pene palmeado

Nos referimos a pene enterrado, pene oculto o escondido cuando el pene parece anormalmente pequeño, aunque realmente no lo es. En realidad, se encuentra oculto o atrapado por las capas de prepucio, escroto y pared abdominal porque la piel del pene no está correctamente fijada al cuerpo. Es una patología poco común que por lo general requiere cirugía

El pene palmeado por su lado es una anormalidad congénita por la cual la piel escrotal se extiende hasta a la zona ventral del pene. Es una anomalía en la unión entre el pene y el escroto.

Normalmente no da síntomas en la edad infantil pero puede producir molestias en la edad adulta o tener repercusiones psicológicas durante la infancia y la pubertad. El tratamiento pasa por la cirugía.

 

Hidrocele

El hidrocele es la acumulación de líquido seroso entre las capas que envuelven al testículo. Popularmente se conoce como “quiste de agua”. Puede verse acompañado por una hernia inguinal. Generalmente son indoloros y no malignos y provocan un aumento de tamaño en la bolsa escrotal.

El tratamiento es quirúrgico. Si no se corrige, puede seguir creciendo.

En el caso de que sea congénito normalmente desaparece solo antes de los 12-24 meses de vida.

 

Varicocele 

Es la dilatación varicosa de las venas del cordón espermático que drenan los testículos, es decir, que transportan la sangre desoxigenada fuera del testículo.

Su importancia viene dada porque a largo plazo pueden ocasionar daños en el testículo y ocasionar problemas de fertilidad. Afortunadamente, la mayoría de los varicoceles se manifiestan a tiempo, son fáciles de diagnosticar y muchos no requieren tratamiento ni suponen ningún problema para tener hijos.

Es una patología que se da en mayor medida en la adolescencia. 

El urólogo debe discernir meticulosamente si el varicocele precisará de intervención quirúrgica o únicamente de control periódico.

Otras patologías 

Otras patologías:

Ureterohidronefrosis y megaureter obstructivo
Duplicidad pieloureteral, uréter ectópico y ureterocele.
Litiasis renal